1ª parte: Algo sobre Hermenéutica.
Por El Contendor
La hermenéutica, (según el diccionario de
la R.A.E). es el arte de interpretar textos, en especial los Textos Sagrados [es
decir: los Textos Bíblicos].
Pero no es una facultad de cualquier
persona, que abra una Biblia y comience a leerla, interpretar y discernir, lo
que allí está escrito.
Un libro cualquiera es un producto de la
mente humana, ya sea de ciencia, arte, filosofía, etc. Las palabras escritas en
él puede influir en forma positiva o negativa en el individuo según el
conocimiento que de él se obtenga, y es potestad del lector asumirlo o
desecharlo.
No ocurre lo mismo con la Biblia, pues lo
que allí esta escrito es la Palabra de Dios, y las limitaciones de la mente
humana, requieren de un guía y una luz Superior para interpretar lo que Dios
nos ha revelado por medio de su Palabra. Esta guía y esta luz provienen del
Espíritu Santo que mora en el interior de cada verdadero creyente, aquél nacido
de nuevo, el que tiene una nueva vida en Cristo. Pero para esto es necesario creer
, es decir: depositar nuestra FE en el
sacrificio del Cordero de Dios que se ofreció a Sí mismo para expiación de
nuestros pecados. Así, tal como lo leemos en Romanos 10:8-11
Rom
10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón. Esta es
la palabra de fe que predicamos:
Rom
10:9 que si confesares
con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó
de los muertos, serás salvo.
Rom
10:10 Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Rom 10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él
creyere, no será avergonzado.
En el momento de creer tal como lo dice Romanos 10:9 somos salvos, sin ninguna otra
añadidura ni agregado y entramos en adopción como hijos de Dios y somos
sellados por Él con el Espíritu Santo de la promesa:
Efesios 1:13 En él [en Cristo] también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados
con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Ahora, por fin,
hemos llegado, paso a paso a entender la condición fundamental para la
interpretación de la Palabra: la iluminación y la guía del Espíritu Santo
sin la cual nuestra mente carnal no llegará nunca a entender lo que la mente de
Dios quiso revelarnos en su Palabra.
Por esta razón, no debemos emprender las lecturas bíblicas,
sin antes haber orado para que el Señor nos guíe y nos ilumine mediante el
E.S. para conducirnos a toda verdad.
Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino
que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
–Juan 16:13
Para interpretar con veracidad la Palabra de Dios, debemos conocer
y aplicar algunas reglas básicas de la hermenéutica.
Lo primero a considerar es que la Biblia se explica por sí misma y es su mejor intérprete, no hay error alguno en ella pues Dios no se equivoca ni se contradice.
Pero no me voy
a detener para desarrollar en este espacio una disertación sobre hermenéutica.
En tal caso, para que el lector que desee profundizar sus conocimientos sobre
este tema, le dejo una de las tantas páginas de internet que desarrollan en
forma adecuada dicho tema: www.cristianismobiblico.com/la-hermeneutica.
El principio más importante de la hermenéutica es la
analogía de la fe.
Esta regla dice
que la Biblia interpreta la Biblia. “Sacra Scriptura sui
interpres,” fue
el argumento de Lutero. Este postulado simplemente dice que ninguna porción de laBiblia puede ser
interpretada de tal manera que sea puesta en conflicto con lo que claramente es
enseñado en otro lugar de la Escritura.
Otra de las reglas esenciales para la
interpretación de la Biblia es que lo implícito se debe
interpretar a la luz de lo explícito. A este principio también se le conoce como el principio de mención plena, el cual
establece que los pasajes que no hablan directamente de un tema deben ser
interpretados por los pasajes que hablan directamente del tema.
Por ahora, en el caso que trataremos sobre el “bautismo en agua”,
aplicaremos los principios arriba mencionados y, en caso de ser necesario
recurriremos a la aplicación de algunas otras reglas hermenéuticas, hasta
llegar a la Verdad Bíblica.
Como herramientas básicas para aplicar la hermenéutica podemos
recurrir a:
1) Distintas traducciones de la Biblia y las varias ediciones que se
puedan encontrar. Por ejemplo: de la traducción Reina-Valera tenemos desde la
edición del año 1865 y las posteriores hasta la revisión de 1995.
2) Para quienes tienen el conocimiento de los idiomas originales de la
Biblia: hebreo y arameo en el antiguo testamento y griego en el nuevo
testamento, es de gran ayuda la lectura en estos idiomas.
3) Concordancias: Una concordancia es un diccionario de la Biblia con las citas de
dónde se encuentran ordenadas según el alfabeto (concordancia alfabética). En la concordancia temática su contenido se basa no tanto en las palabras
que encontramos en la Biblia sino en los
temas que allí se tratan; también estas concordancias están ordenadas
alfabéticamente.
4) Comentarios bíblicos cuyos autores han estudiado el tema en profundidad
y que, a su vez, podemos confrontar con otros autores que tratan sobre el mismo
tema.
5) Bibliografía que
nos permita situarnos en el contexto histórico, geográfico, cultural y étnico
de los destinatarios para los que fue escrito el pasaje bíblico en estudio.
Aplicando
algunos de los principios hermenéuticos y algunas de las herramientas indicadas, y con
el indispensable auxilio del Espíritu Santo, responderemos en la 2ª parte a la pregunta del encabezado: El bautismo en agua ¿requisito para la
salvación?