EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



miércoles, 23 de febrero de 2011

El Circo de la fe - En busca de milagros y prosperidad

Con lo expuesto hasta aquí, ya hemos cumplido una parte de la tarea de refutar las doctrinas erróneas de Dan Córner. Llegado a este punto, cerraré momentáneamente este capítulo con una exhortación que espero que conmueva su corazón: “Arrepiéntete oveja descarriada, no arrastres a la parte del rebaño que te sigue al abismo de la ley. Parafraseando lo dicho por el Señor Jesús: ¿Acaso puede  un ciego guiar a otros ciegos? ¿No caerán todos en el hoyo? Dan Corner, ¡¡¡desdichado de ti que has rechazado la sangre de Cristo y sigues estando bajo el viejo pacto!!!!. Porque por más que te esfuerces en cumplir la Ley, estás bajo maldición: Rom 3:10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.
        Ruego por ti, Dan Corner, que el Dios de toda verdad te haga volver de tu erróneo camino y te lleve al “Camino, La Verdad y la Vida” que nunca debiste haber abandonado: JESUCRISTO, que en todo se haga Su voluntad. Amen.
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Ahora sí, entrando en tema de los falsos apóstoles, falsos ungidos, falsos maestros y las falsas doctrinas que éstos difunden en sus falsas iglesias donde los frutos que producen son  como las semillas que se describen en Mat 13:5  Parte cayó en pedregales,  donde no había mucha tierra;  y brotó pronto,  porque no tenía profundidad de tierra;
        Mat 13:6  pero salido el sol,  se quemó;  y porque no tenía raíz,  se secó.
        No hace mucho, en un comentario que escribí en un blog amigo acerca de estos temas, le propuse a los “creyentes” de estas “Iglesias”,  reflexionar con un corazón sincero y, examinando sus conciencias,  preguntarse cuál es el motivo que los lleva a congregarse allí, donde se montan esos verdaderos “shows evangélicos” en los cuales se reparten lluvias de bendiciones materiales: prosperidad económica, sanidades, se atan a los demonios responsables de causar conflictos familiares, sentimentales, etc. etc. .. Paralíticos que van con sus sillas de ruedas, se levantan y caminan, otros llevan las radiografías donde consta que tenían un cáncer que “milagrosamente” ha desaparecido y otros engaños por el estilo. Y muchos ven esto y “creen” hasta que, de algún modo, se enteran de la farsa y entonces se apartan, se dan cuenta que el Dios Verdadero, no actúa en los circos. Y lo peor de esto es que, desmoralizados, dejan de buscar a Dios.  A estos “creyentes” que aún persisten en concurrir a estos shows yo les preguntaría: 1.-)¿Han entendido el mensaje del evangelio, y el amor a Cristo mueve sus corazones a reunirse para alabar, adorar y agradecer a Aquél que los rescató al precio de su sangre?; o bien, 2.-) ¿han creído en los “milagros” y promesas de prosperidad, salud etc. y han llegado a la iglesia buscando que allí se les resuelvan estas deficiencias?  Bueno sería que las personas que asisten a estas iglesias se contestaran con sinceridad a sí  mismas estas preguntas.  Si contestaran sí a la 1ª entonces les convendría alejarse del “circo de la fe” y buscar una Iglesia donde se predique la Sana Doctrina y congregarse con verdaderos creyentes.   Si contestaran afirmativamente a la 2ª pregunta, entonces el consejo sería: Mat 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas os serán añadidas.
        Por otro lado, están los “ministros” que llevan adelante estos cultos que se arrogan títulos como “apóstol” o “ungido” que les infla su ego como a pavos reales. Se mueven de aquí para allá en costosos medios de transporte para dar su conferencias llenas de engaño, y reposan en confortables hoteles, parece que ni recuerdan lo que dijo Jesús en Mateo 8:20  “…..más el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.
        Ni siquiera tienen temor de Dios, cuando incorporan a sus cultos “fuegos extraños”.  A propósito de esto, voy a transcribir lo que un hermano en Cristo, José Aparicio, publicó (año 1997) en una revista cristiana en la sección “Personajes “oscuros“ en las Escrituras”:
        <<<Al leer el capítulo 9 del libro de Levítico nos encontramos con una verdadera fiesta; así leemos en los versos 23 y 24 :
“Lev 9:23  Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión,  y salieron y bendijeron al pueblo;  y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo.
Lev 9:24  Y salió fuego de delante de Jehová,  y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar;  y viéndolo todo el pueblo,  alabaron,  y se postraron sobre sus rostros.”
Todo fue gozo alabanza y bendición. En cambio, al leer el siguiente capítulo 10 versículo 1 nos dice: Lev 10:1  Nadab y Abiú,  hijos de Aarón,  tomaron cada uno su incensario,  y pusieron en ellos fuego,  sobre el cual pusieron incienso,  y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño,  que él nunca les mandó.
Lev 10:2  Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó,  y murieron delante de Jehová.
¡Qué contraste! Aquí todo es dolor, luto y muerte.  ¿Cuál fue la causa?.  Miremos atentamente el capítulo 9 que dice que hicieron todo  “como Jehová mandó a Moisés” en cambio, en el capítulo 10 dice “ofrecieron fuego extraño que Él nunca les mandó”. ¡Tremendo contraste! ¡Insólita actitud!.
Quisieron imponer su gusto, tal vez creyendo hacer bien, pero era su orgullo, su vana sabiduría, la que se mostraba. Un comentario de Scofield dice al respecto: “el pecado de Nadab y Abiú consistió en haber actuado en las cosas de Dios, sin tratar antes de conocer cuál era la voluntad de Él, en aquél caso especial, ellos ofrecieron un  culto  “no prescrito” (Colosenses 2: 20-23), el cual a menudo tiene la apariencia de <<sabiduría>> y <<humildad>>”.
La acción de Nadab y Abiú, representa todo uso que se hace de medios carnales para encender el fuego de la devoción y de la alabanza.  Lo doloroso es que, a pesar del juicio del Señor en Nadab y Abiú, se siguió imitando esta actitud como lo dice Pablo a los Colosenses, pero hoy se persiste más que nunca en esta perversa imitación; cualquier “iluminado”, “apóstol” o “ungido” se siente con derecho a cambiar las reglas que el Señor instituyó.
Es bueno fijar nuestra atención en estos dos personajes, no eran usurpadores ni “truchos” (como se acostumbra a decir), eran los hijos de Aarón, verdaderos miembros de la familia sacerdotal, sacerdotes debidamente ordenados.  ¿Y entonces?....   ofrecieron fuego extraño, algo que Dios no les mandó. Dios había ordenado minuciosamente el culto hasta los más mínimos detalles; y había ordenado a Moisés y repetidamente le había dicho: “harás todo de acuerdo al modelo”.
Pero ¡cuánto nos cuesta obedecer! y por no hacerlo  lo arruinaron todo. Una fiesta se transformó en luto, dolor y lágrimas…….. No podemos decir lo que la Escritura no dice, pero nos llama poderosamente la atención la advertencia de Dios, tras el error de Nadab y Abiú: “Y Jehová habló a Aarón, diciendo: tú y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra, cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés”.
Dios demanda una mente clara y limpia en nuestro servicio  para Él.  Hoy se quieren hacer más llamativos los cultos y se termina imitando al mundo.  Dios no necesita de payasos, ni acróbatas, ni bailarines, ni música ruidosa, para conducir los cultos; los aplausos que demandan estos titiriteros, son para satisfacer su “ego”, su personalidad, su carne.
El Señor ha dicho “Tendréis reverencia en mi santuario”.  Él ama y desea la obediencia de sus hijos.  Lucidez y perfecto discernimiento en nuestro diario vivir y en nuestro servicio al Señor, llevarán su aprobación.

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