EL CONTENDOR POR LA FE

Dedicatoria:



A la Revista Evangélica homónima que se publicó entre los años 1924 al1993. A sus Directores y Redactores a quienes no conocí personalmente, pero de quienes tomé las banderas, para tratar de seguir con humildad el camino de servir a Dios trazado en la revista durante casi 70 años.



miércoles, 30 de abril de 2014

GOBERNADORES DE LAS TINIEBLAS – La maldad


Por El Contendor

 

La maldad se manifiesta en todos los actos que el ser humano realiza en contra de las leyes de Dios.

Fue dicho “No matarás” pero el hombre mata a su prójimo por codicia, por venganza, por guerras, etc.

Fue dicho “No codiciarás” pero tanto el pobre como el rico ambicionan insanamente  tener más de lo que les fue dado.

Fue dicho “No cometerás adulterio” pero el mundo está lleno de adúlteros y fornicarios y paracticantes de toda clase de vicios sexuales que ni en Sodoma y Gomorra se hubiesen encontrado.

Y así como de estas transgresiones, se podría decir de cada uno de los otros mandamientos.

La maldad existe desde los comienzos de la humanidad: desde ese primer acto de maldad, cuando Caín asesinó a su hermano Abel por celos y envidia,  ríos de sangre han impregnado la tierra hasta esta época actual.

En los últimos 100 años azotaron a la humanidad dos guerras mundiales (1914 y 1939) más una gran cantidad de otras guerras que, aunque no se extendieron en un conflicto mundial, no fueron por eso menos sanguinarias.

 

La maldad vendría a ser como una enfermedad alérgica que ataca a la sociedad humana.

 

La forma progresiva (porque aumentan en crueldad y en número) y sistemática (porque se dan a diario) en que se van desarrollando los actos de violencia, y el hecho de que los medios de comunicación nos informan diariamente de los horrores que acontecen en el mundo, desde los lugares más remotos hasta nuestro barrio o vecindad, esto produce el mismo efecto que una vacuna antialérgica.

Veamos cómo funciona la vacuna antialérgica:

Consiste en la administración controlada progresiva  de un extracto purificado del alérgeno (sustancia o elemento que provoca el mal)  responsable de los síntomas del paciente, buscando que su organismo se vaya habituando o se vuelva "tolerante" al alérgeno poco a poco.

 

A medida que van ocurriendo los hechos de maldad y violencia “in crescendo”, nos vamos habituando a escuchar y a tolerar sin que el daño que provocan a nuestra psiquis sea letal, pero no por eso menos peligroso y destructivo. Se destruye la capacidad de reaccionar ante los hechos de maldad, los contemplamos con dolor y los repudiamos, pero ya no nos asombran, nos resignamos a que ocurran y a convivir con los malvados y con los violentos.

 

En mi país, en los tiempos de mi niñez y adolescencia, (y desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente), en los barrios era muy común, en las calurosas noches de verano, ver a las familias sentadas a la puerta de sus casas, sin ningún temor y sin que a nadie, ni grande ni chico, se le cruzara por la mente que pudieran estar expuestos a algún acto de violencia.

Hoy la violencia y la maldad han aumentado a tal grado que aquélla saludable actitud sería casi un suicidio. Hoy las personas tienen temor al entrar o salir de sus casas porque saben que pueden exponerse ellos y sus familias al delito tipificado como “entradera” o “salidera” donde el delincuente espera oculto a que alguien entre o salga de su domicilio para irrumpir en él mediante amenazas y violencia física. Y una vez dentro cometen las más atroces acciones como amenazar apoyando un arma sobre la cabeza de un bebé, hasta matar a golpes y patadas a los ancianos. Y empleo el término “patadas” porque estos individuos son como las bestias pero con maldad.

Este tipo de maldad salvaje no sólo se expresa en los delincuentes comunes, sino también ha invadido las escuelas exteriorizándose  en lo que se conoce como bullying, término inglés que en idioma español significa acoso escolar.

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.[

El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.

Si analizamos estas definiciones llegamos a la conclusión que el bullying es, ni más ni menos que la expresión y exteriorización de la maldad más pura que habita en  el corazón humano.

Pero lo más estremecedor es que los que  ejercen esta conducta son niños o jóvenes aparentemente normales que pertenecen a una escuela, que se están educando, se les está enseñando a convivir etc.

Entonces viene la gran pregunta: ¿de dónde o de quién proviene toda esta maldad que en la actualidad está asolando a la raza humana?

 

En Efesios 6:12 tendremos los elementos como para poder bosquejar una respuesta.

 

“Efesios 6:12  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

 

Sobre este mundo caminamos dos tipos de personas: Los que somos hijos de Dios y los que son “hijos según la carne”.

 

Romanos 9:8  Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

 

Los hijos de Dios somos los que hemos experimentado el nuevo nacimiento: Nos convertimos en hijos de Dios cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Jesucristo (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5).

Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Los que somos hijos de Dios estamos sellados por el Espíritu Santo y somos templo de Él. (Efesios 1:13).

 

Ningún hijo de Dios debe temer a los demonios pues estos no nos pueden tocar ni afectar y mucho menos tomar posesión de nuestra persona.

Pero los hijos según la carne , sí pueden ser afectados por ellos.

 

La actividad de los demonios se ha acentuado en estos tiempos finales y a esto se debe el aumento de la maldad en el mundo.

Hacer el mal por placer, ejercer la violencia para gozar con el sufrimiento del prójimo son indicios evidentes que quienes cometen estos hechos están influidos o aún poseídos por algunos de los demonios más destructivos.

 

El comentario bíblico MUNDO HISPANO referente a Efesios 6:12 nos dice:

<<<La guerra que hace el diablo no es una guerra convencional, sino es una lucha subversiva en terrenos tramposos con tácticas cada vez novedosas. Pablo explica esto en el v. 12a: Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne. La palabra lucha (pále ) aparece solamente aquí en el NT y significa un tipo de combate cuerpo a cuerpo que no termina hasta que uno de los combatientes esté vencido o herido mortalmente.

En este caso, el asaltante no es un adversario humano que se pude ver y sentir, ni físico como la carne propia del creyente que por su cuenta le da suficientes problemas. Además, no es un sólo combatiente, son muchos.

 

Pablo los describe como principados... autoridades... gobernantes de estas tinieblas... espíritus de maldad en lugares celestiales. Como que un enemigo físico y humano no fuese suficiente, esta lucha monta un ejército asombroso de enemigos contra el creyente y contra la iglesia. Esta lista repite algunas fuerzas mencionadas en 2:2 con adiciones y alude a las tinieblas mencionadas en 5:8 y 11.

Pablo describe un reino espiritual organizado y operando en una esfera aparte del mundo natural que el cristiano conoce y en el cual se desarrolla la iglesia. Los términos usados para describir esta esfera y sus huestes implican una jerarquía antagonista bien organizada.

Cada término está precedido por la palabra contra, dando a entender que cada uno representa una categoría de actividad demoníaca o nivel de autoridad diferente.

Estas no son clases diferentes de enemigos, sino fuerzas contra Dios y su pueblo. Son las fuerzas bajo el control de su jefe, Satanás, estructurado de tal modo que cada categoría describe diferentes aspectos de una estrategia global, como rango, autoridad, control y estación de batalla.

 

Principado (arcé ) es la jurisdicción de un príncipe, que aquí incluye a Satanás y todos sus subalternos. Las autoridades (exousía) son potencias que tienen poder e influencia sobre alguna jurisdicción específica. El tercer rango son los gobernantes de estas tinieblas, los dominadores del mundo de las tinieblas o los poderes cósmicos de las tinieblas que gobiernan en este mundo pecador. Estos serán aquellos demonios que se han infiltrado en muchos sistemas políticos y humanistas aun de nuestro tiempo que pretenden dominar el sistema mundial y consolidarlo bajo un solo y nuevo orden sociopolítico. Ejemplo de esto es el movimiento contemporáneo de la Nueva Era.

 

La cuarta categoría se compone de los espíritus de maldad en lugares celestiales. Estos son las hordas de espíritus malignos que habitan y actúan en el mundo invisible. Lugares celestiales no es sinónimo aquí con el cielo, sino representa aquella esfera o mundo espiritual que trasciende lo físico y temporal. Con mayor razón tenemos que tener cuidado y estar prevenidos los cristianos que estamos gozándonos de toda bendición espiritual en los lugares celestiales (1:3b). Las huestes antagónicas y diabólicas han invadido la esfera donde se desarrolla la vida espiritual del creyente y donde habita la Iglesia universal e invisible de Cristo, y están librando un combate tenaz contra nosotros, la Iglesia.>>>

 

Pensemos que cuando cayó Satanás arrastró con él a un tercio de los ángeles creados. Esto significa que, seguramente, a Satanás no le debe faltar “personal” para que atienda sus asuntos aquí en la tierra. Es así que desde el Antiguo Testamento ya nos viene narrando el profeta Daniel cómo intervenían e interferían estos príncipes de Satanás contra los planes de Dios y cómo los Ángeles y Arcángeles del Señor tenían que batallar contra los príncipes malignos.

 

Dan 10:5  Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.

  ………………………………………………………………………………

Dan 10:11  Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.

Dan 10:12  Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.

Dan 10:13  Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.

……………………………………………………………………….

Dan 10:20  Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.

Dan 10:21  Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.

 

<<(10.5, 6) La persona que vio Daniel era un ser celestial. Algunos comentaristas creen que debió ser una aparición de Cristo (ver Apo_1:13-15), mientras que otros dicen que fue un ángel (porque requirió la ayuda de Miguel-Apo_10:13). En cualquier caso, Daniel tuvo una visión de la batalla entre los poderes sobrenaturales del bien y el mal.

 (10.12, 13) A pesar de que Dios envió un mensajero a Daniel, un poderoso ser espiritual ("el príncipe del reino de Persia") lo interceptó durante tres semanas. Daniel continuó orando y ayunando fielmente, y el mensajero de Dios por fin llegó. Las respuestas a nuestras oraciones pueden verse entorpecidas por obstáculos invisibles. No espere que las respuestas de Dios lleguen con demasiada facilidad o rapidez. La oración puede ser desafiada por fuerzas del mal, así que ore fervientemente y con regularidad. Luego espere que Dios conteste en el momento oportuno.

(10.20, 21)  La guerra en las regiones celestiales debía estar dirigida contra Persia y después contra Grecia. Cada una de estas naciones iba a tener poder sobre el pueblo de Dios. Persia y Grecia estuvieron representadas por "príncipes" demoníacos. Pero Dios es Señor del pasado, del presente y del futuro, y todos los hechos están registrados en el "libro de la verdad".>>

 

Escudriñando las Escrituras, concluimos que los gobernadores de las tinieblas están en plena actividad en el mundo, preparando el ambiente y allanando el camino para la llegada del “hombre de pecado” o el “hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2:3-4) es decir el Anticristo.

 

Por esto, vemos que en el mundo se están perpetrando los actos de maldad y violencia más demenciales, que no tienen explicación alguna.

El ladrón no se conforma con robar el dinero, los bienes materiales, sino que también se complace en robarse la vida de sus víctimas, y lo hace con saña y crueldad extrema.

Cada vez, con más frecuencia, nos enteramos de casos donde alguien entra a una escuela o a un lugar de reunión y comienza a balear a las personas, sin ningún motivo, en un acto demencial de maldad pura.

 

Las drogas, el alcohol y la pornografía son los “cebos” que utilizan los espíritus de maldad para atraer y cazar a sus víctimas  (los “hijos según la carne”) y alejarlos de toda posibilidad de encontrar a Dios.

 

Considerando que la mayor parte de la humanidad está compuesta por  los “hijos según la carne”, estos son las presas fáciles de atrapar para las huestes malignas.

Detrás de cada autoridad de la tierra: reyes, presidentes, funcionarios, jueces, legisladores, y aún de menor jerarquía, hay un esbirro de Satanás preparado y listo para influir en las decisiones que tome cada individuo.

De éstos provienen las leyes que contravienen abiertamente a las leyes de Dios, tales  como las leyes de aborto, de matrimonio igualitario, ley de identidad de género (travestismo),  de despenalización del consumo de drogas, etc. que se están promulgando en muchos países.

Este tipo de leyes repugnan a los hijos de Dios pero son festejadas por los hijos según la carne.

Estos hijos según la carne  (que también pueden ser amigos, vecinos parientes, padres, hijos etc.) están expuestos al poder de estos seres espirituales perversos que obedecen al inicuo.

 

2Ts 2:7  Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.

2Ts 2:8  Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca,  y destruirá con el resplandor de su venida;

2Ts 2:9  inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos.

 

Pero nosotros, que somos hijos de Dios, no debemos caer en el error y la herejía de los dominionistas que pretenden establecer el “Reino ahora”

Los creyentes nacidos de nuevo, la verdadera Iglesia de Cristo, donde mora el Espíritu Santo, somos la barrera que detiene la iniquidad, la maldad que asuela el mundo. Cuando sea quitada de en medio la Iglesia (en el rapto) y no quede en la tierra ni un solo creyente, entonces ocurrirá: Apocalipsis 9:3

 

Apo 9:3  Y del humo salieron langostas sobre la tierra;  y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.

<<(comentario D.V) 9.3ss La mayoría de los intérpretes piensan que estas langostas son demonios, espíritus malignos gobernados por Satanás que inducen a la gente a pecar. No fueron creados por Satanás porque Dios es el creador de todo; más bien, son ángeles caídos que se unieron a Satanás en su rebelión. Dios limita lo que ellos pueden hacer; no pueden hacer nada sin el permiso de Dios. El propósito principal de los demonios en la tierra es destruir, distorsionar o impedir la relación de la gente con Dios. Como son corruptos y degenerados, la apariencia de ellos refleja la distorsión de sus espíritus.>>

 

Pero mientras los verdaderos creyentes, la Iglesia de Cristo, todavía permanezcan en el mundo, debemos ser los oponentes de los espíritus malignos, (RESISTIENDO, no conquistando)   con las armas que son provisión del Señor:

Nuestra comisión no es establecer el Reino de Dios acá en la tierra,  sino que debemos predicar el Evangelio de la Gracia para transformar a los incrédulos en creyentes y llevarlos a los pies de Cristo.

 

Efesios 6:13  Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Efe 6:14  Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad,  y vestidos con la coraza de justicia,(H)

Efe 6:15  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

Efe 6:16  Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

Efe 6:17  Y tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

Efe 6:18  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos………..

 

No debemos dejar de orar y predicar el evangelio como se nos exhorta en 2Ti 4:2  que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Tenemos que procurar que los hijos según la carne vengan a ser hijos de Dios.

Así iremos ganando las batallas por la fe, pero la guerra final la ganará el Rey de reyes, el Señor de señores derrotando a Satanás y a sus huestes malignas

“….. a quien el Señor matará con el espíritu de su boca,  y destruirá con el resplandor de su venida” (2Tes 2:8).

El Señor Jesucristo es quien establecerá su Reino en la tierra y regirá a las naciones con vara de hierro. (Apocalipsis 12:5)
Amén.

jueves, 17 de abril de 2014

……….”HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”


Por El Contendor

 

Continuando con la parte final del tema precedente “Los ladrones en la cruz”, tal como lo había anunciado, procuraré dejar al descubierto  una perniciosa herejía que se expone en las doctrinas de algunas sectas como los Testigos de Jehová y los Adventistas del 7º día (Elena G. White) y otras sectas.

La página de internet “Contestando tu Pregunta”, que tiene como subtítulo “Toda la verdad en una página” pertenece al credo de los Adventistas, pero no es precisamente la verdad lo que publica esta solapada página.

Cuando se disfrazan las verdades duras del Evangelio, para suavizarlas y hacerlas más aceptables a los que están deseosos de escuchar lo que Dios ha revelado, se está predicando un evangelio diferente, como lo llama Pablo en Gálatas 1:6-9. Por consiguiente tanto los Testigos de Jehová como los Adventistas y otros que enseñan que después de la muerte del cuerpo el alma deja de existir o entra en un sueño de inconciencia hasta el día del Juicio final.

Estos mismos se esfuerzan por demostrar que no existe el castigo eterno en el lago de fuego y azufre.

 
Reforzaremos la idea de la existencia y conciencia del alma después de la muerte física con los conceptos  del escritor cristiano A.J. POLLOCK (*)

(*) (Contemporáneo de C.T. Russell – Testigos de Jehová)

 
El autor era conferencista y escritor prolífico entre las asambleas de su tiempo. Su folleto fue publicado en primera instancia en Inglaterra en 1920 aproximadamente. Esta traducción no incluye el material que trata de las deficiencias de la King James Versión en inglés, la cual confunde a veces el Seol con el Infierno. Circula otra traducción al castellano, impresa y más extensa.
 
  Leemos a A.J. Pollock:
 
   
<<Existen dos escuelas de pensamiento que enseñan que no hay castigo eterno.  Los adherentes a estas escuelas se llaman respectivamente

 

(I) Universalistas

 

(II) Nihilistas (Aniquilacionistas).

 

El Universalista cree que los que mueren sin haber sido salvos pasarán por un período de sufrimiento de más o menos duración el cual los purificará y al fin serán salvos. Dios, dicen ellos, triunfará sobre el mal. Cierto es, pero no del modo que ellos dicen. El fin legítimo de sus argumentos, aunque no lo presentan tan desnudamente, es que el diablo y los ángeles caídos serán finalmente salvos.

Viendo que Cristo no murió por el diablo y sus ángeles, esto lleva al Universalista a la blasfema doctrina de la salvación aparte de la expiación.

 

Se arguye [por parte de los Universalistas]  que una segunda oportunidad de salvación después de la muerte vaciará el infierno, y se sostiene que el carácter de Dios, como un Dios de amor, demanda esto.

Para afirmar esto se apoyan en la pésima interpretación de 1ªPedro 3:18-20

 

“Porque también Cristo padeció una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus  encarcelados;  los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es a saber, ocho personas fueron salvas por agua” (1.ª Pedro 3:18-20)

 

Pero ¿hay garantía alguna de que los pecadores que rechazan el Evangelio en esta vida lo aceptarán en la otra? Preguntaríamos atónitos ¿por qué la gente rechaza la primera oferta?  ¿La naturaleza que la rechaza con escarnio en esta vida la abrazará en la otra? ¿Las espinas en esta vida producirán uvas en la otra, o los abrojos de esta edad producirán higos en la otra?

 

Además de esto, la Biblia no sustenta tal esperanza de una segunda oportunidad. Se tuercen uno o dos pasajes de las Escrituras para apoyar esta teoría.  (véase «LA PREDICACIÓN A LOS ESPÍRITUS ENCARCELADOS», W. Kelly):

 

 El significado de esto es claro. Noé predicó al mundo ante-diluviano mientas construía el arca. Fue el Espíritu de Cristo  en él la fuente y poder de su testimonio. Que el “Espíritu de Cristo” fue el motivo y poder del testimonio del Antiguo Testamento está confirmado por 1.ª Pedro 1:11. Él se cuida muy bien de decirnos que ocho personas fueron salvas en el arca. Se sigue que  el resto rechazaron el testimonio de Noé que constituía la predicación misma del Espíritu de Cristo en él. El diluvio los sobrecogió y perecieron. Cuando Pedro escribió, ya había sido espíritus encarcelados por 2,500 años. Esto no presenta dificultad alguna. Nosotros sabemos que Noé fue un “pregonero de justicia”  (2.ª Pedro 2:5) Esto esta en armonía con todo el tenor de la Palabra.

 

Por el contrario, la explicación del Universalista que el Señor descendió literalmente al hades y predicó una segunda oportunidad está asediada por dificultades insuperables.

 

<<Aun en el Antiguo Testamento hallamos abundante indicaciones de lo que estamos buscando. No tenemos que repetir los pasajes ya citados referentes al sheol, demostrando que el alma, al ocurrir la muerte va a una condición de existencia consciente en el otro mundo, en otras palabras, que el alma está dotada de existencia continua… La evidencia sobre este extremo es preponderante, y cuando venimos al Nuevo Testamento el testimonio de este en cuando al hades que es el equivalente de sheol confirma de una manera plena este aserto.

 

Una prueba muy fuerte de lo que hemos aseverado en las primeras páginas de este folleto en cuanto a sheol y hades surge cuando los saduceos quienes, no creyendo en la resurrección, adujeron el caso hipotético de la mujer que tuvo siete maridos y recibieron la respuesta del Señor:

 

“Y de la resurrección de los muertos: ¿no habéis leído lo que os es dicho por Dios, que dice: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos sino de vivos” (Mateo 22:31, 32).

 

Y como si quisiera enfatizar la gran importancia de este incidente, tanto Marcos como Lucas lo registran. Ellos se refieren particularmente, como lo hace Esteban también en su discurso dirigido al Sanedrín, a la ocasión cuando Dios habló a Moisés de entre la zarza ardiente (véase Éxodo 3:6). Los patriarcas mencionados habían muerto hacía ya muchos años. Si sus almas hubiesen dejado de existir, Dios no podría haberse presentado a Sí mismo, como el Dios de ellos.  Pues dice clara y enfáticamente: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Y más aún El dijo: “Yo soy el Dios de Abraham”, etc… Los cuerpos de ellos, está claro, yacían en sus tumbas. Sus almas, es obvio, vivían en la condición de hades, como ya hemos visto.

 

Aún más, Judas, hablando de los moradores de las ciudades impías de la llanura, nos dice que están sufriendo la venganza del fuego eterno. No hay indicio de que el alma duerma o de la no existencia del alma, (véase Judas 7), aunque, cuando Judas escribió, habían transcurrido dos mil años desde que el juicio les había sobrevenido.

 

Pedro igualmente se refiere a los «espíritus encarcelados», aquellos que habían sido desobedientes en los días de Noé. Tampoco él nos deja ver indicio alguno del sueño del alma o de su no existencia a pesar de estos espíritus haber estado encarcelados desde los días antediluvianos.

 

Otra vez, Moisés y Elías aparecieron en gloria sobre el monte de la transfiguración demostrando que tenían existencia consciente, aunque el cuerpo de Moisés había estado en el sepulcro por cientos de años.

 

Enoc y Elías fueron trasladados al cielo sin pasar por la muerte en absoluto, no dándosenos indicio alguno de que el alma duerme o de su no-existencia.

 

 El ladrón agonizante oyó las palabras: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). Sé que se ha hecho un esfuerzo para demostrar que « hoy » se refiere al tiempo en que el Señor profirió las palabras, «te digo hoy, este día te digo…», pero la estructura de la oración no permite tal traducción. Evidentemente fue una respuesta de gracia la que recibió el ladrón por su petición, “Señor, acuérdate de mí cuando vinieres a tu reino” (un tiempo futuro) ¡Cuán enfática es la respuesta del Señor! “Te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso.”

 

El apóstol Pablo dijo: “De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo lo cual es mucho mejor” (Filipenses 1:23). El no dijo que tenía deseo de ser desatado y entrar en el sueño o la inconsciencia del alma. Seguramente eso no hubiera sido mucho mejor” que gozar del amor del Señor aquí en la tierra y ser usado en su servicio. Él dice claramente, “Ser desatado y estar CON CRISTO”.

 

Y como hacerlo más claro aún, leemos: “Más confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo y estar presentes al Señor” (2.ª Corintios 5:8). Aquí se trata de la separación del alma del cuerpo, y su presencia CON el Señor. No hay indicio de sueño del alma sino que claramente describe un estado intermedio de felicidad.

 

El rico y Lázaro

 

Tenemos aún las propias palabras del Señor:

 

“Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado. Y en el infierno (hades) alzó sus ojos, estando en tormentos” (Lucas 16:22, 23).

 

El Señor presenta la verdad aquí en lenguaje inequívoco. El cuerpo del mendigo yacía en el sepulcro mientras su espíritu pasó a un estado de felicidad. El seno de Abraham es simbólico de la porción feliz de los santos de Dios que habían muerto en el Antiguo Testamento. 

 

El cuerpo del rico estaba en el sepulcro. “Alzando sus ojos” es, como ya hemos visto, simplemente lenguaje simbólico que describe el estado consciente de su alma. El lenguaje simple y gráfico atrae más la atención de las personas no importa cuál sea su grado de cultura, que una descripción del estado consciente del alma después de la muerte hecha en términos científicos la cual hubiese sido inadecuado para los oyentes del Señor. El hecho es que no hay la mínima dificultad en la narración tomada en su justo sentido. A diario al hablar, estamos usando constantemente lenguaje figurado que todos entienden. Nueve décimas de la crítica antibíblica no es honrada, y tiene la clara intención de desacreditar la Biblia. Pero aún ésta existe tan vital y vigorosa como siempre. En los pocos incidentes y pasajes ya referidos tenemos tanto al creyente como al inconverso en un estado consciente en cuanto a sus almas, después de la muerte.

 

Más aún, en lo que se refiere a los creyentes, la vida eterna les pertenece y vivirán para siempre; en cuanto a los inconversos, “la ira de Dios permanece sobre ellos”, probando en ambos casos su existencia eterna, aunque en distintas condiciones. Con esta evidencia ante nosotros, la cual podría multiplicarse de permitirlo el espacio, tenemos prueba clara y preponderante de la existencia eterna del alma.

 

No confundamos la vida eterna con la inmortalidad. La vida es la porción presente y eterna de cada creyente en Cristo. La inmortalidad, según es presentada en las Escrituras en relación con el creyente es aquello que él recibirá en cuanto a su cuerpo en la segunda venida del Señor.

 

Ni bastará decir que la expresión “muerte segunda” significa aniquilamiento a la faz de la expresión “la ira de Dios permanece sobre él”;  habiendo personas vivas sobre quienes permanece la ira. Además, la expresión: “el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás”, debe indicar que haya personas vivas, capaces de sufrir tormento. Aún más, la expresión, “el gusano de ellos no muere”, etc. Una cosa aniquilada no puede poseer nada, pero dice aquí, “el gusano de ellos no muere”, indicando posesión.

 

La palabra muerte se usa en tres relaciones. Ella expresa:

 

(1) Separación moral de Dios por causa del pecado

 

(2) Separación del cuerpo, respecto del alma y del espíritu.

 

(3) Separación eterna de Dios.

 

En ninguno de estos casos significa aniquilación.

 

En cuanto a la primera (1), leemos de aquellos que se hallan “muertos en delitos y pecados” cuando tanto el cuerpo como el alma están juntos vivos en esta tierra.

 

Muerte en el sentido en que se emplea el término en el segundo caso (2), no necesita comentario salvo decir que no significa «dejar de existir», como ya lo hemos demostrado con gran abundancia de pruebas. El sentido en que se usa el término en el tercer caso (3) es claro: “Y el infierno (hades) y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda” (Apocalipsis 20:14).  La segunda muerte es una existencia de miseria permanente y eterna. Con frecuencia usamos la expresión,  “vivir muriendo” y lo que queremos decir se entiende con toda claridad. Aquí el significado es igualmente claro: “muerte segunda”  lo cual significa existencia eterna y consciente bajo la ira de Dios, separación eterna de Dios, lo cual debe significar miseria y tormento, porque toda verdadera bendición y todo gozo consisten en nuestra justa relación con Dios.

 

El castigo es eterno

 

Abordemos más directamente la pregunta: ¿Es eterno el castigo de los perdidos?  Si la ira de Dios permanece sobre el incrédulo, como dicen las Escrituras, éste tiene que existir para que la ira de Dios pueda permanecer sobre él. No podemos eludir el significado claro de estas palabras. Si el incrédulo es aniquilado, la ira de Dios no puede permanecer sobre lo que no existe. Recuerdo que hace muchos años dos Adventistas en Jamaica me informaron que ellos creían en el castigo eterno. Si el pecador fuera aniquilado, argüían ellos, seria eterno, pues es irrevocable. Y añadían con aire de triunfo: «Castigo eterno no quiere decir castigar eternamente». Yo les repliqué: «¿Significa tres meses de castigo, castigar por tres meses?». Ellos admitieron que sí. Entonces, repliqué yo, «castigo eterno significa castigar eternamente».

 

Pero, dice el que sostiene la teoría del aniquilamiento, ¿no dice la Biblia que debemos temer a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo? ¿Destruir no significa aniquilar? De ninguna manera.

 

Destruir significa inutilizar una persona o cosa en relación con el propósito para el cual fue hecha. Dejamos caer una taza, se rompe en fragmentos. Decimos, con mucha razón: “esta destruida”. Que ése es el significado de la palabra es sumamente claro. La palabra para destruir que se usa en el griego es apollumi. Por ejemplo leemos:

 

Los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron al pueblo que pidiese a Barrabás, y a Jesús matase (griego, apollumi)”  (Mateo 27:20).

 

¿Podían los judíos aniquilar al Señor? Seguramente que no. Pero ellos podían (permitiéndolo Dios) llevarlo a muerte. Y eso es lo que quiere decir aquí.

 

Leemos otra vez:

 

“Ni nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y se derrama el vino, y los odres se pierden (griego apollumi)” (Marcos 2:22). 

 

Evidentemente, destruir aquí quiere decir los odres inservibles, pero no aniquilados.

 

Volvemos a leer:

 

Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido (griego apollumi)” (Lucas 15:6)

 

¿Podía el Buen Pastor haber hallado algo que estaba aniquilado, algo que no era algo? No, era una oveja perdida o destruida la que Él halló; y la salvó de su estado de perdición, y la rescató de destrucción.

 

Otra vez leemos:

 

“Si nuestro Evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden (griego apollumi) está encubierto” (2.ª Corintios 4:3)

 

Muy evidentemente los perdidos o destruidos aquí son pecadores de este mundo. Sería innecesario hablar de un  Evangelio encubierto de personas que no existieran.

 

Podrían citarse muchos pasajes al efecto, pero con estos basta para demostrar que la palabra destruir no significa aniquilar.

 

Palabras de J.A.Pollock:

<<“Escuché a C. T. Russell  [1852 - 1916;  el primer presidente del movimiento que hoy día se llama corrientemente Testigos de Jehová] hablar ante un auditorio de quizás mil personas. Nos dijo que Dios había sentenciado al hombre a la muerte y esto se realizó en la ocasión de Génesis 2.17: “El día que de él [el árbol] comieres, ciertamente morirás”. Él afirmó que, con el tiempo, Adán murió en cuerpo, alma y espíritu, y así se realizó el juicio. Muerto Adán, se acabó el juicio. El señor Russell enfatizó repetidas veces que Dios había dicho que la muerte acá es todo el juicio, y así tenemos que creer.

No pude aguantar semejante distorsión de la Palabra de Dios, así que me levanté y exclamé al oído de todos: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después —después— de esto el juicio, Hebreos 9.27”.

El engañador se quedó atónito y luego recuperó su mesura. “Pues, yo no puedo tratar todos los versículos de la Biblia de una vez”, respondió. “Por el momento me limito a Génesis 2.17”.

Pero si uno lee su Biblia con reverencia, no puede llegar a ninguna otra conclusión salvo aquella de que hay por delante del incrédulo un terrible castigo eterno. Con todo, el gran mensaje de la Palabra de Dios es que el Evangelio es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; Romanos 1.16. Que el lector se asegure que se encuentre entre ellos.>>

 

Un orador en una conferencia sobre la inmortalidad condicional tuvo la audacia de decir:

 

«El significado natural y escritural de ‘destruir’ es completamente claro. El significado que da el diccionario es: ‘arruinar o aniquilar por demolición  o fuego, derribar, deshacer, asolar, matar y extirpar’, etc. Los significados contrarios e inconsistentes son metros refugios de teólogos que procuran alterar el significado propio y verdadero para acomodarlo a alguna interpretación errónea de las Escrituras… Gehena es un lugar de destrucción.»

 

Cabe preguntar, El término traducido del original en griego por destruir ¿está bien traducido? El uso claro del término no puede significar aniquilamiento, y el orador arriba citado podría con la misma exactitud consultar un diccionario en lo que se refiere a los significados de los términos “perder”, “mutilar” para obtener entonces el significado de “destruir”. Tales tácticas denuncian o una ignorancia de la cual un niño de escuela se avergonzaría o una incalificable falta de honradez.

Recordemos que el lenguaje vino a la existencia traído por el hombre  para expresar sus ideas. La palabra se acuña para llenar una necesidad, y por lo tanto la necesidad es seguida por la palabra. Teniendo en cuenta que el hombre está limitado por el tiempo y el sentido y todo lo demás fuera de esto está lejos de su genio, y que él depende de la revelación divina para todo verdadero conocimiento de lo que sigue después de la muerte, uno no esperaría hallar en el lenguaje humano palabras que pudieran expresar ideas divinas y eternas.

 

El Apóstol Pablo nos da testimonio de esto último:

 

2Co 12:2  Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

2Co 12:3  Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),

2Co 12:4  que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.

 

Supongo que con lo dicho hasta aquí, ha quedado demostrado que tanto los Testigos de Jehová como los Adventistas del 7º día  han alterado el Evangelio de Jesucristo al negar la existencia continua y eterna del alma. Pero esta no es la única herejía, negar el eterno castigo en el lago de fuego y azufre, es querer contradecir al mismo Señor Jesucristo. Ellos mismos comprobaran la existencia del fuego eterno cuando sean arrojados allí, cuando escuchen la terrible sentencia:

 

Mateo 7:23  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

 
Oremos a Dios por esas personas para que dejen de predicar el falso evangelio y se vuelvan hacia la Sana Doctrina; reconozcan sus errores doctrinales y los rectifiquen ante sus congregaciones, pues es mejor avergonzarse delante de los hombres para no tener que avergonzarse delante de Dios.