Por El
Contendor
La lista de los falsos “apóstoles”, “profetas”, “maestros”, etc., es
interminable.
Se los pueden encontrar de a cientos, y quizás de a miles, cuando se
recorre internet.
El árbol pentecostal ha dado enorme cantidad de frutos amargos,
venenosos, que han intoxicado y aún siguen intoxicando a millones de almas que
buscaron y buscan a Dios por el camino equivocado.
Uno de estos frutos amargos y venenosos es el “doctor” Morris Cerullo.
Si hubiera una frase de su discurso que sirviera para identificar su
pensamiento, su personalidad, y la condición de su alma, yo elegiría aquella
que le dio fama:
“Cuando yo subo a esta tribuna, ustedes no
están mirando a Morris Cerullo, ustedes están mirando a Dios. Ustedes están
mirando a Jesús”.
Frase blasfema, por cierto, sin embargo, cuando Cerullo la pronunció
frente a un gran auditorio, nadie discrepó con él ni le reprochó semejante
blasfemia.
Y esto es así, porque el auditorio que se
reúne para escuchar en todo el mundo a estos “sicarios de la fe” está compuesto
por cientos de millones de almas envenenadas, asesinadas por estos sicarios
pagados por el mismo Satanás para destruir “la Fe que ha sido una vez [y para
siempre] dada a los santos”.
Los corchetes agregados a la cita bíblica
original (Judas 1:3), es la nota del redactor que está destinada a dejar
perfectamente en claro el “espíritu de la letra”, es decir: el apóstol Judas
nos quiso decir que no hay otra Fe, ni otra revelación aparte de la que ya nos
ha sido dada.
Luego del último libro del Nuevo testamento,
el Apocalipsis, NADIE PUEDE AGREGAR NADA MÁS.
Hablé más arriba de los sicarios pagados por
Satanás porque estas multitudinarias iglesias recaudan fondos (diezmos,
ofrendas, “semillas”) de sus propios miembros caídos en el engaño de Satanás,
padre de toda mentira y engaño.
Benny Hinn, Kenneth Copeland, Morris
Cerullo, Jesse Duplantis, David (Paul) Yonggi Cho, Robert Tilton, forman parte de esa larga lista de asesinos de
la fe. Satanás sabe usarlos con gran astucia, por eso sus “iglesias” rebosan de
gente que son como “zombis cristianos”, vivos de cuerpo pero muertos en
espíritu.
Gentes que se someten a las prácticas
perversas, como lo es esperar y reclamar “recibir el espíritu santo”, ignorando
que el Espíritu Santo se recibe en el momento del nuevo
nacimiento, es decir, en el mismo momento en que el pecador reconoce su
condición y que como tal, está separado de Dios y muerto espiritualmente en sus
pecados. Abrumado por su culpa, entiende y cree que Jesucristo ya pagó por
todos sus delitos y transgresiones: El apóstol Pablo
escribió, "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados. Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos
era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz"
(Colosenses 2:13-14).
En el momento del nuevo nacimiento, dejamos el
camino del pecado y se comienza a andar un camino rotalmente opuesto, pues aquí
es donde se nos da el Espíritu Santo para que ya no andemos según la carne sino
según el Espíritu:
Romanos 8:9
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.”
Pero esta pobre gente, ignorante de la
Palabra de Dios, con una falta total de discernimiento, bajo el poder de estos
sátrapas astutos como el mismo diablo, se someten en obediencia al hombre,
llámese “profeta”, “apóstol”, “reverendo”, etc. en lugar de someterse en
obediencia al Dios Verdadero.
Como consecuencia de este sometimiento
espiritual, estas personas son llevadas a pactar con dios (un dios con
minúscula) a cambio de obtener “bendiciones” de todo tipo. El “evangelio de la
prosperidad” es aceptado con beneplácito por este tipo de “cristianos”.
Volviendo a Morris Cerullo: he leído en el libro del pastor José Holowaty
“Vientos de Apostasía” que Cerullo dijo desde la tribuna a sus fieles
seguidores que Dios estaba dirigiéndolo
para que dijera: "Entréguenme sus
billeteras, dice Dios, y permitan que sea el Señor de su dinero ... Sí, sean
obedientes a mi voz".
Yo no tengo duda que muchos de los que
escucharon este “llamado a la obediencia” habrán cumplido entregando sus dineros
en manos de este sicario.
Satanás,
desde el principio, ha sido siempre un hábil estratega; la rebeldía de Lucifer
arrastró consigo a un tercio de los ángeles del cielo, y hoy estos ángeles
caídos conforman el poderoso ejército de demonios que sirven a Satanás. Pero
como todo ejército, el de Satanás tiene también sus espías, sus infiltrados,
camuflados entre los seres humanos, tienen la apariencia de hombres piadosos, ungidos de Dios, expertos en “milagros”
y ellos mismos se autodenominan pequeños “dioses”.
Esta
estrategia de Satanás de querer inculcar en el ser humano la misma soberbia, la
misma arrogancia que le llevó a ser
condenado por Dios, esta estrategia es la que empleó el diablo para hacer pecar
a Adán y a Eva:
Génesis
3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No
moriréis;
Génesis 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de
él, serán abiertos vuestros ojos, y
seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Esta misma
estrategia es la que despliegan los “infiltrados” de Satanás, los mismos que he
identificado como “los sicarios de la fe” y que han hecho suyos los principios
del movimiento “Nueva Era”.
Aprovecharemos
una definición dada por el pastor Víctor
Pino Gamboa para resumir este concepto:
1. “Cabe decir que la Nueva Era es una
manera de pensar, un conjunto de valores que comparten personas de diversas
organizaciones e instituciones, formando una “mega-red” o red de redes que se
entrelazan entre sí. Estas redes son las que hacen posible la relación entre
los diferentes movimientos independientes entre sí, pero que tienen las mismas
metas, la misma filosofía, el mismo fin, por ser Satanás el mismo autor.
El que ha inspirado e inspira este modo de pensar, filosofía, o como se
le llame, no es otro sino Satanás mismo. Él, como el príncipe de este mundo. “ha cegado el entendimiento de la gente
para que no les resplandezca la luz del Evangelio”(2 Corintios 4:4), y ha
estado a través de toda la historia y en todas las civilizaciones y culturas
introduciendo su doctrina perversa.
2. Propósito de la Nueva Era. Entre otras cosas, la Nueva Era se
propone:
a. Desmitificar
paulatinamente la interpretación fundamentalista de la Biblia.
b. Ocuparse de suplir las carencias humanas en su totalidad.
c. Llevar al hombre a un encuentro consigo mismo, para que encuentre al dios que es.
b. Ocuparse de suplir las carencias humanas en su totalidad.
c. Llevar al hombre a un encuentro consigo mismo, para que encuentre al dios que es.
3. Enseñanzas de la Nueva Era. Los comienzos de este movimiento son
tan antiguos como el pecado mismo (Génesis 3:1-6). Como lo que prometía la
serpiente, la Nueva Era enseña que:
a. No se puede confiar por completo en la Palabra de Dios
(v. 1, 4, 5).
b. El hombre no tiene que morir (v. 4).
c. El hombre se puede convertir en dios (v. 5).
d. El hombre puede evolucionar por medio de conocimientos escondidos (v. 6).”
b. El hombre no tiene que morir (v. 4).
c. El hombre se puede convertir en dios (v. 5).
d. El hombre puede evolucionar por medio de conocimientos escondidos (v. 6).”
Como se puede apreciar, la estrategia de Satanás es ir destruyendo
nuestra Fe mediante el ataque de sus sicarios apoyados financieramente por el
público fiel que acude a sus reuniones de “liberación, prosperidad, sanidades y
milagros”.
Pero aquí deberíamos permitirnos una reflexión: la mayor parte de este
público fiel, seguidores de estos falsos profetas, concurre a estas
mega-iglesias no por el interés de conocer a Dios para amarle, tenerlo como
Señor de sus vidas, alimentarse con Su Palabra y ser obediente a ella. No es
éste el interés principal de esta gente, sino que en su gran mayoría, son
personas que buscan una experiencia mística que los lleve a concretar
(materializar) sus sueños terrenales o
carnales; por estos motivos, (no lo digo como para juzgarlos), no pienso que
sean totalmente inocentes por la triste situación en la que han caído.
Ciertamente debe haber algo de ambiciones personales o codicia que los haya
llevado a buscar a un dios que los impulsara a escalar en sus estatus.
Sus hábiles gurúes les han hecho creer que es necesario que ellos
experimenten las “llenura del espíritu”, que esperen su manifestación cuya evidencia es el hablar en lenguas
extrañas; alcanzando esto habrán llegado a un “nivel superior”.
Estos necios (empleando el término con el significado bíblico), por su
falta de conocimiento de las Sagradas Escrituras, se enfrascan tanto en la
recepción del “espíritu” que terminan abriendo las puertas de sus almas para
recibir a cualquier espíritu inmundo, de aquellos que Satanás envía para
amenizar las reuniones de “poder y milagros”.
Con referencia a esto compartimos unos conceptos del pastor José
Holowaty vertidos en su libro “Vientos de Apostasía”:
Las lenguas y la blasfemia
Dice el pastor
Holowaty:
“Nunca debemos olvidar que las
verdaderas "lenguas" sólo eran usadas cuando había judíos no
convertidos entre los hermanos de Corinto.
Esto fue lo mismo que Pablo
dice en su carta: "En la ley está
escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun
así me oirán, dice el Señor" (I Cor. 14:21).
Es necesario que recordemos
que al mencionar Pablo a ''este pueblo",
no se refiere a la iglesia, ni a la de Corinto ni a ninguna otra. Tampoco está
hablando de los gentiles incrédulos, sino que su referencia tiene que ver con
los judíos incrédulos. Según Pablo, ellos sólo debían hablar en idiomas que
requerían interpretación si había algún judío presente en la iglesia de Corinto
que todavía no fuera salvo.
A los corintios jamás se les
ocurrió imitar a los ocultistas, la Biblia no dice que gritaban, saltaban,
gemían o lloraban, para luego hablar "otra lengua" y rotularla
de "angelical" o algo así.
Lo que hoy
ocurre nada tiene que ver con lo que Pablo le dice a los corintios.
En primer lugar,
las llamadas "lenguas" de hoy, niegan la gracia al negar la
seguridad de la salvación y la dádiva del Espíritu Santo.
Los frecuentes
testimonios de personas que
supuestamente hablaban "lenguas", pero que en realidad estaban
blasfemando a Dios, al Espíritu Santo y burlándose de la Trinidad, es otra
prueba del dudoso origen del llamado "don de lenguas".
Un pastor amigo
mío me contó de un condiscípulo de él en una institución teológica, que luego
se hizo miembro de una iglesia pentecostal.
En una ocasión
mientras le hablaba a unos misioneros en una reunión de misiones, comenzó a hablar
"en lenguas". Una dama que estaba sentada escuchándolo, en
primera instancia comenzó a reírse, luego se puso pálida y agachó la cabeza, no
podía creer lo que este hombre decía.
Terminó la reunión y todos los asistentes
pensaban que habían estado ante un gran siervo de Dios hablando en la plenitud
del Espíritu Santo. La misma dama se le acercó y le saludó en turco, a modo de
presentación.
Este señor no
contestó palabra, se excusó y le hizo saber a su interlocutora que él no
hablaba turco. Entonces ella le dijo: "¡Pero cómo! ¡Usted acaba de
hablar desde el pulpito en perfecto idioma turco!". "¡No puede
ser" - contestó el hombre aturdido. "¡Sí!" - afirmó
ella. "¿Y qué dije...?" - volvió a preguntar.
La dama
visiblemente turbada no sabía qué responderle, pero finalmente añadió: "Usted
blasfemó a Dios y al Espíritu Santo, y usó palabras tan groseras que yo no
podía creer a mis oídos".
Obviamente, este
hombre hablaba en "lenguas", pero no en todas. Lo que ocurre
es que Satanás no es omnisapiente, y no sabía que en ese grupo había una
persona que hablaba turco. De haberlo sabido habría usado un idioma diferente.”
Conclusión:
A medida que se acerca el tiempo en que el Señor Jesucristo se apresta a
venir por su Iglesia, Satanás despliega todos sus esfuerzos para arrastrar a la
mayor cantidad de almas posible a su tenebroso mundo; confusión, tinieblas,
ocultismo, doctrinas escabrosas y de difícil discernimiento. Todo esto lo
padecen los prisioneros de Satanás en el mundo; pero lo peor es que si la
muerte los sorprende en este estado, el infierno será su destino ineludible.
Si bien el Adversario está teniendo éxito en ir minando la Fe que está
en custodia en la Verdadera Iglesia de Cristo, sabemos que el Señor no abandona
a los suyos en esta lucha.
Pongámonos en oración todos los días pidiendo a Dios fervientemente para
que ilumine con la verdad a todas esas almas que están perdidas en la oscuridad
del error. Oremos para que el Dios de
misericordia se apiade de aquellos que salieron a buscarle y fueron desviados
del Camino.
Seguramente que si oramos por ellos, Dios responderá porque estamos
orando conforme a Su voluntad:
1Timoteo
2:4 el cual [Dios] quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Pero a la oración agreguemos también la acción: actuemos como nos exhorta
el Apóstol Pablo en su carta a los Efesios:
Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que
podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes.
6:13 Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.
6:14 Estad,
pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de
justicia,
6:15 y
calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
También el Apóstol Pedro nos
dice:
2Pedro 1:19 “Tenemos también la palabra profética más
segura, a la cual hacéis bien en estar
atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día
esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
1:20
entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada,
1:21 porque
nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo.”
Y el apóstol Judas nos aconseja:
Judas 1:22 A
algunos que dudan, convencedlos.
1:23 A otros
salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo
aun la ropa contaminada por su carne.
En estos párrafos citados de la Biblia tenemos un resumen de la
estrategia que debemos desplegar para defender celosamente la Fe que de una vez
y para siempre nos ha sido dada. No permitamos que los sicarios de Satanás
sigan arrojando tinieblas sobre la humanidad.
Proclamemos el Verdadero
Evangelio de Cristo y oremos para que su luz poderosa destruya las tinieblas
del falso evangelio que es como la semilla venenosa de la cizaña: cunde con
facilidad y echa a perder toda la cosecha.
Somos responsables de responder
afirmativamente a la pregunta del Señor.
Lucas 18:7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a
sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 18:8 Os
digo que pronto les hará justicia. Pero cuando
venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
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