Por El Contendor
En los videos http://youtu.be/u7pjYACZEWQ y http://youtu.be/UOIEJISB7OM de Claudio Freidzon - “El fuego del Espíritu en Colombia I y
II” se puede ver y escuchar en acción a uno de los más grandes estafadores de
la fe de estos últimos tiempos.
No es (lamentablemente) el único
pues ya la extensa lista de los principales la he publicado en otros escritos anteriores.
Todos son de la “escuela” de Benny Hinn. También, como en el caso de Benny,
relata Freidzon que luego de mucho orar y pedir el espíritu santo, éste entró
un día en su habitación y lo “ungió” y su iglesia pasó a tener (de unas pocas
personas) a tener más de 70 mil.
Se lo podría considerar todo un
éxito para la gloria de Dios, si todas estas personas hubieran sido
verdaderamente salvas; pero no se puede pedir que el espino dé duraznos o
ciruelas. Del árbol malo no se recogen buenos frutos.
Las falsas enseñanzas que se
imparte en estas iglesias son “verdades a medias” que impiden llegar a la verdad absoluta que es Cristo: (1Pe 2:22) “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;”.
Según lo relata el mismo Benny Hinn, en su libro titulado
“La Unción”, él recibió este “don” en una de las reuniónes de Kathryn Kuhlman la
falsa profeta que junto con Aimee Semple McPherson son veneradas por Hinn
quien visita las tumbas de ambas para recibir la “unción”
que fluye o emana de ellas. Esta es una práctica no sólo supersticiosa sino que
también es una práctica diabólica. La supuesta “unción” recibida de los muertos
es “algo” que NO PROVIENE DE DIOS, en otras palabras, si no proviene de la luz,
proviene de las tinieblas. (ver publicaciones de El Contendor del 31-10-2013
“Discernimiento” Partes 1 – 2 - 3)
En
una entrevista que le hicieron, Claudio Freidzon comenta que, en los comienzos
de su supuesto “ministerio,” le regalaron un libro que en aquél momento era único
en la Argentina; y la persona que se lo regaló le dijo que ese libro era para
él y sólo para él. El libro en cuestión era “Buenos días Espíritu Santo”, y su
autor: Benny Hinn; dicho libro, junto con otro del mismo autor, titulado “La
Unción” se han hecho famosos por todo el mundo. El resto de la historia de la
“unción” de Freidzon está contada en las primeras líneas de este escrito.
En
todas las denominaciones “cristianas” que han adoptado la modalidad carismática,
se utiliza un vocabulario y también frases cuyo uso no concuerda o no tienen el
significado con el que se aplican en la Biblia.
En
Génesis 1:2 encontramos que dice:” Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban
sobre la faz del abismo, y el Espíritu
de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”
Es el único versículo de la Biblia donde se puede encontrar
una frase parecida al “mover del Espíritu” que hoy se utiliza en todas las
reuniones de “prodigios y milagros” pero con otro sentido muy distinto al que
se le da en Génesis 1:2.
En estas reuniones multitudinarias se escucha decir al
predicador: “Siento el mover del espíritu hoy acá” “pídanle al espíritu ser
llenos por él” “con una doble porción, con una triple porción” “¡¡Recíbelo!!” “¡¡Recíbelo!!” acá, “¡¡Recíbelo!!”, allá atrás,
“¡¡Recíbelo!!” “¡Se abren los cielos!, la gloria de dios está presente!”. “¡Hoy
vas a ser ungido con el poder del espíritu!, recibe la unción!!”
Voy a repetir una aclaración que siempre hago en mis
escritos: cuando el lector vea la palabra dios escrita con minúscula, o la
palabra espíritu escrita con minúscula es porque en el contexto, la intención
no es nombrar al Dios verdadero ni al Espíritu Santo, de otra manera el párrafo
anterior sería una blasfemia.
Y es realmente una blasfemia cuando este tipo de alocución
sale de la boca de un falso predicador que dice hablar en el nombre del Dios
Verdadero.
¿Quiénes son Claudio Freidzon, Carlos Annacondia, Benny Hinn
o cualquiera de los charlatanes del evangelio para andar repartiendo al Espíritu Santo en porciones?
Lo que en realidad están repartiendo entre el público son
espíritus demoníacos que voltean a las gentes desatando convulsiones,
carcajadas y desenfreno. ¡Esto no es de Dios!. Tampoco lo es la “unción” fresca
o rancia que dan o reciben estos individuos y el “poder” que proviene de ella
no baja desde lo alto sino que sube desde las profundidades del el Averno,
donde deben yacer probablemente las falsas profetizas que lo han conferido.
No existe nada tal como una “unción que se siente”, ni una
“unción fuerte” ni una “unción poderosa” ni una “unción que llene un cuarto” ni
una “unción que llene un estadio de futbol”. No existe ningún fundamento en la
Biblia que nos permita suponer la existencia de ese fluido mágico e invisible
que flota sobre la multitud de personas que anhelan recibirlo.
Este lenguaje es usado por los predicadores del engaño para
crear el clima adecuado y predisponer a
la gente a aceptar toda clase de trucos milagrosos o verdaderos milagros de
demonios: Mateo
24:24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos
profetas, y harán grandes señales y
prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los
escogidos.
Como dijimos más arriba, el Espíritu Santo no anda recorriendo los
pasillos de la iglesia (el llamado “mover del espíritu”) para entrar en la
persona que lo desee cuando el “pastor”
ordene “¡¡recíbelo!!”
Son mentirosos, (iguales a Satanás) los predicadores que hablan del
“mover del espíritu” asignándole este mover al Espíritu Santo.
En el Antiguo Testamento Dios elegía a las personas que Él quería usar
para desempeñar alguna función o trabajo y sólo a estas les enviaba su Espíritu
para equiparlas para tales tareas: Abraham, Moisés, David, etc. profetas, sacerdotes,
algunos reyes, son ejemplos de
personas en quienes moraba el Espíritu de Dios.
También en el Nuevo Testamento tenemos personas como Juan el bautista,
de quien leemos en Lucas 1:15 “porque
será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.”
Pero desde Pentecostés en adelante, el Espíritu Santo es recibido por
el creyente como consecuencia del nuevo nacimiento (Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios.)
Efesios 1:13 En Él también [ en Cristo] vosotros, habiendo
oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído
en él, fuisteis sellados con el Espíritu
Santo de la promesa,
Efe
1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Ya vimos en qué circunstancia y en qué forma se recibe el E. Santo que
mora en cada creyente cristiano nacido
de nuevo.
El “mover del espíritu” sobre las multitudes de las mega-iglesias
declamado por los falsos maestros y predicadores es otra mentira más.
El mover del Espíritu se produce en el corazón de cada creyente
verdadero llegando a la llenura cuando nuestra vida está entregada totalmente
al gobierno del Espíritu de Dios. Porque el Espíritu Santo no se da por
porciones. Todos los creyentes recibimos el mismo Espíritu pero, entiéndase, la
llenura del E. Santo se produce cuando el creyente entrega el control total de su vida al Señor.
¡Cuídate de que ningún charlatán evangelista te toque o te sople para
que caigas al piso! Si esto te ocurre
has recibido un espíritu que no es de Dios.
Volviendo
al tema de la “unción”, veremos qué dice la Biblia al respecto:
Primero
aclaremos que unción es la acción de ungir o untar. Pero también tenemos una
definición que sorprende un poco ya que no se trata de un diccionario Bíblico
sino del de la Real Academia Española, que como 3ª acepción dice: Unción: 3. f. Gracia y
comunicación especial del Espíritu Santo, que excita y mueve al alma a la
virtud y perfección.
Hasta desde el punto de vista de un laico, la unción es una manifestación interna, (en el alma) del
E. Santo y NO algo que se manifiesta externamente como un fluido o un poder
sobrenatural que anda por el ambiente impregnando con su perfume a cualquier
clase de personas (creyentes o no).
Los frutos del Espíritu (Gál
5:22-23: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza) son las únicas manifestaciones
externas que puede exhibir el creyente en el que mora el Espíritu Santo.
La costumbre de ungir la encontramos mencionada den A.T. y también
en el N.T.
Había dos tipos de aceite para ungir: a) el
empleado por los sacerdotes. El aceite de la unción era un
compuesto de cinco ingredientes: mirra, canela, cálamo, casia y aceite en
distintas proporciones. Se usaba para ungir todo lo que estuviera consagrado a
Dios, tanto objetos (Éxodo 40:9-11) como personas, estando terminantemente
prohibido su uso con otro fin diferente. Estaba bajo el cuidado directo del sumo sacerdote (Números 4:16).
b) El otro tipo de aceite es el que se traía del Oriente para ser utilizado
como perfume; se alude a este último en Juan 12:3 “Entonces
María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó
con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume”. Perfumar al huésped constituía una muestra de
afecto y hospitalidad.
La palabra ungir se utiliza, metafóricamente en los
siguientes versículos; el lector al leerlos podrá encontrar el verdadero
concepto, y para qué recibimos la unción. Prestar especial atención a lo
destacado en “negrita”.
2Corintios
1:21 “Y el que nos confirma con
vosotros en Cristo, y el que nos ungió,
es Dios,
2Co
1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las
arras [garantía] del Espíritu en nuestros corazones”.
1Jn 2:18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según
vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos
anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.
1Jn 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
1Jn 2:20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y CONOCÉIS TODAS LAS COSAS.
1Jn 2:27 Pero
la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, Y NO TENÉIS
NECESIDAD DE QUE NADIE OS ENSEÑE; así como la
unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira,
según ella os ha enseñado, permaneced en Él.
2Co 2:14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre
en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el
olor de su conocimiento.
2Co 2:15 Porque para
Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se
pierden;
2Co 2:16 a éstos ciertamente olor de muerte para
muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es
suficiente?
2Co
2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando
la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante
de Dios, hablamos en Cristo.
2Co 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para
con Dios;
2Co
3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos
para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene
de Dios,
Comentario: 1Juan 2:19-20 de
Jamieson- Fausset-Brown
Sólo
los ungidos de Dios en Cristo pueden resistir a los que
están ungidos con el espíritu de Satanás, anticristos, que quieren apartarlos del Padre y del Hijo. Los
creyentes tienen al Espíritu de unción de parte del Padre también, tanto como del Hijo: asimismo como el Hijo es
ungido por el Padre.
Por
tanto el Espíritu es la señal de que estamos en el Padre y en el Hijo; el que
no lo tiene no es de Cristo. El ungüento
material de los ingredientes más caros se derramaba sobre la cabeza de
sacerdotes y reyes, para tipificar el ungüento
espiritual que procede de Cristo, la Cabeza, a nosotros miembros de su
cuerpo. No podemos tener parte en él como Jesús, a menos que seamos verdaderos cristianos y estemos en él
como Cristo, ungidos con aquel crisma [aceite perfumado] que es del Santo. El Espíritu
derramado sobre Cristo, la Cabeza, es difundido por él por todos los miembros.
“Parece que somos todos el cuerpo de Cristo: porque todos estamos ungidos: y todos en él somos de Cristo y somos Cristo, porque en alguna medida el
Cristo entero es Cabeza y cuerpo.”
Como hemos visto, la UNCIÓN,
el ungir y los ungidos de los que se habla en la Biblia, nada tiene que ver
con lo que proclaman y declaman los traficantes del evangelio.
Si usted concurre a una reunión evangélica donde el que
predica comienza a hablar de la “unción”, el “mover del espíritu” o le ofrece “recibir
el espíritu” o “doble porción” o quiere “ungirlo” poniendo las manos sobre su
cabeza, tocándolo en la frente o en el pecho o soplando sobre usted para
voltearlo sobre el piso, ¡NO LO ACEPTE!, ¡usted no está en una reunión donde se
predica la sana doctrina! Usted está en un aquelarre, ¡está en la antesala del
infierno!, ¡salga huyendo de allí!
No busque a Dios para pedirle un milagro que cubra sus
necesidades materiales; esta es una actitud mezquina y egoísta.
Él ya ha realizado
para usted el milagro más grande y generoso que se pueda imaginar: Nos ha dado
a su unigénito Hijo para que ocupe en la cruz el lugar en el que deberíamos
estar nosotros pagando nuestros delitos y transgresiones. Ése es el milagro: Juan
3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
(Juan
3:18 ) El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios.
¿Cree usted esto en su corazón? Si es así, busque a Dios no para
seguir pidiéndole milagros, sino para agradecerle por lo que Él hizo por usted;
¡vaya y proclame a los cuatro vientos este milagro! ¡No sea egoísta y haga que
otros también se enteren que tienen a su disposición el regalo inmerecido de la
Gracia!
Después, si pedimos conforme a Su voluntad, recibiremos la añadidura.
Mateo 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Mat 6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas;
pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mat 6:33 Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas.
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