Por
El Contendor
Estos
dos personajes, Juan Calvino y Jacobo Arminio,
han aportado cientos de años de polémicas, controversias, discusiones,
exilios, ejecuciones, etc. entre sus respectivos seguidores.
Lo
peor de esta controversia es que sólo han servido al interés del Adversario
que, como padre de la mentira y más que experto en el engaño, ha utilizado
ambas doctrinas, Calvinismo y Arminianismo, para hacer dudar y vacilar al
cristiano creyente y alterar la paz de espíritu que recibió del mismo
Jesucristo, y al cristiano nominal (aún no nacido de nuevo) alejarlo definitivamente
de la salvación. Pero sobre el tema del Calvinismo ya he publicado el viernes 8
de junio de 2012 una nota dividida en 2 partes dejando en claro mi posición al
respecto.
Con
referencia al tema de la salvación, pienso que sería oportuno publicar un
párrafo de un escrito tomado de la página de “Radiodifusión América” donde el
pastor José Holowaty expone sobre el
tema.
<<¿CUÁN SEGURA ES
NUESTRA SALVACIÓN?
¿Qué pasa con los creyentes que se acercan a
Cristo en fe genuina y son justificados delante de Dios, pero con el paso del
tiempo apagan el Espíritu Santo al pecar, “pierden su primer amor” y
terminan sin producir frutos? No caminan por fe, no hacen la voluntad de
Dios y finalmente hasta terminan por regresar al antiguo estilo de vida que
vivían antes de conocer a Cristo.
sencillamente, no son
santificados, no son partícipes de la vida en Cristo, y por lo tanto no son
vencedores.
¿Y qué pasa con esos creyentes? ¿En dónde encajan? ¿Son salvos o no? ¿Y dónde estarán en el Reino Milenial?
¿Y qué pasa con esos creyentes? ¿En dónde encajan? ¿Son salvos o no? ¿Y dónde estarán en el Reino Milenial?
Ha habido un debate de siglos
respecto a tales cristianos y su salvación. Por un lado, algunos dicen,
que para comenzar, sus vidas en pecado son indicación de que nunca fueron
salvos. En otras palabras, debido a que fallaron en esto, quiere decir
que nunca tuvieron el Espíritu de Dios en sus corazones. No fueron
salvos. Consecuentemente, no participarán en el Milenio.
Teológicamente esto es parte del Calvinismo.
También están esos otros creyentes que insisten que estos cristianos reincidentes en el pecado, verdaderamente fueron salvos en algún momento, pero que al negar a Cristo con sus acciones, perdieron su salvación, y una vez más no pueden ser parte del Reino Milenial. Teológicamente, esto es parte del Arminianismo.
También están esos otros creyentes que insisten que estos cristianos reincidentes en el pecado, verdaderamente fueron salvos en algún momento, pero que al negar a Cristo con sus acciones, perdieron su salvación, y una vez más no pueden ser parte del Reino Milenial. Teológicamente, esto es parte del Arminianismo.
Sin embargo, en este breve
artículo, me gustaría presentar un tercer punto de vista, el cual a mi juicio
es una forma muy provocativa de examinar estas cosas. Uno que pensamos
que realmente resuelve el problema de ambos lados de este argumento. Esto
podríamos llamarlo el «Punto de vista del Vencedor».
Según el punto de vista del
vencedor, si somos genuinamente justificados en algún momento de nuestras
vidas, pero finalmente hacemos mal y nos apartamos de Dios, Él terminará
disciplinándonos porque nos ama, tal como afirma en Apocalipsis 3:19: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues,
celoso, y arrepiéntete”. Pero en el fin, nos salvará y en
su amor nos llevará de regreso a su redil. ¡Ese es su carácter, su forma
y su amor!
Creemos que la salvación, sin
tener en cuenta las buenas obras que hagamos o las que dejemos de hacer, es
eterna, irrevocable e indestructible. No puede ser alterada bajo ninguna
circunstancia. Todos los pecados de los cristianos: pasados, presentes y
futuros, están bajo la sangre de Cristo. La santificación es algo
adicional.
La pregunta que surge es: ¿Qué pasará entonces con estos cristianos reincidentes, carnales, nominales, durante el Milenio? ¿Es que hay consecuencias por su estilo de vida infiel? ¡Seguro que será así!
La pregunta que surge es: ¿Qué pasará entonces con estos cristianos reincidentes, carnales, nominales, durante el Milenio? ¿Es que hay consecuencias por su estilo de vida infiel? ¡Seguro que será así!
Si no aprendemos a caminar con
Dios aquí en la tierra, corremos el riesgo de poner en peligro nuestro lugar y
posición en el reino venidero. Seremos parte del rapto, pero no seremos
parte del gobierno milenial. Sé que a los calvinistas y los arminianistas
no les gusta esto. Pero en lugar de argumentar acerca de la
predestinación necesitamos exhortarnos unos a otros, sin argumentar en cosas
que al final no producen ninguna justicia.
Prestemos atención a las
palabras de Pablo: “Pero en una casa grande,
no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de
barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que,
si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado,
útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” (2 Ti. 2:20,
21).
Otra pregunta que surge es:
¿En dónde nos encontraremos durante el Reino Milenial? ¿Estaremos
regocijándonos en compañerismo unos con otros en la presencia del Rey de reyes,
o estaremos en algún otro lugar separado, experimentando profundo
arrepentimiento y remordimiento al recordar todas las oportunidades que
perdimos?
Hablando de la gracia y
justicia de Dios, Salmos 89:14 dice: “Justicia
y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu
rostro”. Sin embargo, no por el hecho de que estamos
eternamente seguros tenemos licencia para pecar: “Mira,
pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los
que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de
otra manera tú también serás cortado” (Ro. 11:22).
Por consiguiente, la
justificación no es todo lo que importa, sino que debemos aspirar a algo
más. Todos vamos a regresar a la tierra por mil años en una forma u
otra. ¡Y lo que haremos en el futuro reino tendrá que ver con lo que
hemos hecho aquí! Y no será lo mismo para cada creyente. Alguien está
observando y tomando notas detalladas. El profeta nos dice en Malaquías
3:16 que hay un “libro de memoria”.>>
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