Por El Contendor
En una publicación presentada en El Contendor por la Fe, en fecha
24-04-2012 expuse varios argumentos explicando el por qué la Psicología se
contrapone a las enseñanzas bíblicas.
Voy a repetir aquí algunos de los conceptos vertidos en aquella
oportunidad:
“Por los distintos orígenes de la psicología y el Evangelio, por la
génesis de cada uno, podemos afirmar que son incompatibles. Ambas disciplinas,
la psicología y el Evangelio, tratan sobre el alma, sobre el espíritu humano
pero el enfoque, el punto de vista, es totalmente diferente: la psicología contempla
el alma del hombre desde su propio punto de vista; su trascendencia está
limitada por la extensión de su propia existencia física. El Evangelio en cambio, trata
con el alma del hombre pero desde el punto de vista de Dios, su Creador.”
Esta última frase
implica que el ser humano fue creado para trascender más allá de su existencia
física y por lo tanto, más allá del límite que determina la muerte del cuerpo
material o terrenal. Leemos en
1Corintios 15:40:
1Co 15:40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos
terrenales; pero una es la gloria de los
celestiales, y otra la de los terrenales.
1Co 15:44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal, y hay
cuerpo espiritual.
La psicología encara los problemas humanos poniendo al individuo en el
centro de sus cuidados y atenciones. Es como decir “primero yo y después el
otro”.
Con tal argumento el licenciado
Bernardo Stamateas justifica clasificar a las personas estableciendo como patrón de comparación el
“Yo” personal.
El “Yo” se ubica en la cúspide que lo eleva por sobre el nivel de los
demás. Conforme a esto, y según la palabras del mismo Stamateas: “todo
el que te nivela para abajo, el que te mete miedo o culpa, se considera como “gente tóxica”.
Aquí encontramos el primer choque entre la Psicología y el Evangelio.
¿Puede un pastor evangélico leer Mateo 13:41-42 sin meter miedo? :
Mateo 13:41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y
recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen
iniquidad,
Mateo 13:42 y
los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
¿Se pueden describir los tormentos del infierno, tal como lo dice la
Biblia, sin que al que escucha no se le ericen los pelos?
Marcos 9:47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo;
mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,
Marcos 9:48
donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Pero si se necesita una confirmación sobre la
existencia y los tormentos del infierno, basta con buscar las decenas de
pasajes bíblicos donde se los menciona.
El pastor que advierta a la congregación sobre
los tormentos del infierno, (según B. Stamateas) debería ser considerado “gente tóxica” ya que estaría hablando sobre algo que mete mucho
miedo.
Otro punto de conflicto sería que el predicador
mencionara la palabra “pecado” ya que el pecado es la consecuencia de
transgredir la Ley de Dios. Y aquél que peca se hace CULPABLE de desobediencia
a las perfectas exigencias del Creador.
Entonces, para no entrar en la categoría de “gente
tóxica”, el “pastor” Stamateas
debería borrar de la Biblia cientos de citas donde se menciona la palabra
pecado o se evidencia que todos los
hombres son culpables ante Dios, como ejemplo veamos estos versículos:
Romanos 3:10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
Rom 3:11 No
hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
Rom 3:12 Todos se desviaron, a una se hicieron
inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Romanos
3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en
Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,
Rom
3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios
De acuerdo con las definiciones de Stamateas el
Espíritu Santo sería considerado como persona
tóxica pues Él nos convence de que somos pecadores y que merecemos un
juicio y el castigo correspondiente.
Juan 16:8 Y cuando él [el Espíritu Santo] venga, convencerá al mundo de pecado, de
justicia y de juicio.
Jua
16:9 De pecado, por cuanto no creen en mí;
Jua
16:10 de justicia, por cuanto voy al
Padre, y no me veréis más;
Jua
16:11 y de juicio, por cuanto el
príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
El E. Santo “te nivela para abajo” pues Él
le manifiesta al “Yo” de cada persona su culpabilidad cada vez que comete una
transgresión a la Ley. En
consecuencia, cada creyente nacido de nuevo, tiene un patrón para evaluar su
propia conducta en su relación con Dios y en relación con su prójimo.
El discernimiento para evaluar su propia
conducta, es imposible encontrarlo en un “creyente nominal”, (no nacido de
nuevo) pues carece del Espíritu Santo que le guía a ser como Cristo: manso y humilde de corazón.
Un falso creyente o un inconverso, aceptará con agrado
las declaraciones de B. Stamateas, veamos algunos entre muchas otras (para
muestra basta un botón).
1.-“Nuestra estima es el capital más valioso que
tenemos”
2.-“La estima es eso: cómo me veo y cómo me ven”
3.-“Es más
importante el qué me diré que el qué me dirán”
4.-“A la gente
tóxica tenemos que dejarla”
5.-“Vos tenés que enseñarle a la gente cómo
querés que te traten”
6.-“A la gente
tóxica es mejor tenerla lejos”
7.-“Si no te gusta como soy, cambiá vos”
Analicemos: Punto 1.- Leámoslo de otra manera: “El estimarnos a
nosotros mismos es el capital más valioso
que tenemos”
Bernardo Stamateas, (en adelante: B.S.), jamás
podría decir eso delante de su feligresía pues estaría falseando el
Evangelio ya que, si queremos seguir a Cristo, nos dice Él mismo
:
Mat 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese
a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
El negarse a sí
mismo quiere decir en todos los momentos de la vida decirle no al yo y sí a Dios. Negarse a sí mismo
quiere decir una vez y por todas y para siempre destronar el yo y entronizar a Dios. Negarse a sí mismo quiere
decir borrar el yo como principio
dominante de la vida, y hacer que Dios sea el principio rector, o más aún,
la pasión dominante de la vida. Una vida
de constante negación al yo es una vida de constante afirmación de Dios.
(comentario de William Barclay)
Puntos 2.- y
3.- Cuanto más egocéntrico es el
individuo se valorizará a sí mismo como una persona muy buena o excelente, y se
esforzará por mostrar esa imagen a los demás, para que su prójimo aprecie en él
ese grado de bondad o de excelencia.
En
otras palabras: El “cómo me veo y cómo
me ven” va direccionado en buscar el favor o beneplácito de los hombres,
dejando de lado el concepto que Dios pueda tener de nosotros.
Por lo tanto, frases como 2.- y 3.- tampoco
podrían predicarse desde un púlpito sin contradecir Gálatas 1:10
Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o
el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Con respecto a los puntos 4.- 5.- 6.- y 7.- basta con analizar cada una de estas frases
para descubrir que están destinadas a entronizar el “YO” en cada individuo,
estimular el egocentrismo y el egoísmo a
tal punto de crear un calificativo como el de gente tóxica para el prójimo.
B.S. trata a la “gente tóxica” como si fueran
leprosos en lugar de acercarse a ellos para tratar de curar sus “llagas
espirituales”. Dice que “a estas personas debemos
dejarlas”, “que es mejor tenerlas
lejos”.
Por el contrario, debemos proceder como lo hizo el
Señor que, en vez de huir cobardemente del leproso (Lucas 5:12), dejó que se
acercara a Él para tocarlo y curarlo;
Los creyentes cristianos no debemos abandonar a
la “gente tóxica” ni impedir que se nos acerquen. ¿Cómo podremos curar las
heridas de su alma, de su corazón, sin acercarnos a ellos y aplicar el bálsamo
de la Palabra de Dios?
La “gente tóxica” según el concepto de B.S. es la
gente que “necesita destruirle la estima
a los demás, para ellos sentirse bien. Son adictos emocionales al maltrato”
Es decir, yo simplificaría esta definición
diciendo que se trata de alguien que es “malo”.
Pero ¿qué nos dice Jesús respecto de una persona mala?
Mateo 5:39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la
mejilla derecha, vuélvele también la otra;
Hay cientos de contradicciones entre las
doctrinas del Psicoanálisis y las doctrinas del Evangelio, las que hemos
señalado son sólo unas pocas, pero son suficientes que un licenciado en
psicología no puede ser al mismo tiempo un predicador del Evangelio y, peor
aún, si el evangelista adapta el evangelio a ciertos conceptos de la
psicología. De esta nefasta mezcla surge el evangelio “light” o “liviano” que
predica Stamateas. Éste es el evangelio diferente al que se refiere el Apóstol
Pablo en Gálatas 1:8.
Gálatas
1:8 Mas si aún nosotros, o un ángel del
cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
Estimado Bernardo: dedíquese solamente a la
psicología ya que como psicólogo, indudablemente es un excelente profesional.
Pero deje el Evangelio de Jesucristo para que lo predique un verdadero
creyente, el que es nacido de nuevo, el que es guiado por el Espíritu Santo
quien no le deja mentir.
No sea que por “licuar” el evangelio, Dios lo vea
como “gente tóxica” y lo declare anatema.
Recapacite estimado Bernardo, recapacite.
+100000 MUY CIERTO TODO ES UN FRUDE
ResponderEliminarQue desafortunado articulo, fuera de lugar, confuso y sin ningún ánimo de explicar nada, solo de atacar a una persona.
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