Por El Contendor
PABLO EN EL AREÓPAGO
El Apóstol Pablo,
incansable en recorrer ciudades y kilómetros en sus viajes, predicaba el
Evangelio con tal denuedo que lo
llevó a sufrir prisiones y arriesgar su propia vida en estas misiones.
A pesar de su
elocuente oratoria, no siempre eran bien recibidos sus sermones.
Por ejemplo
recordemos el discurso de Pablo en Atenas:
Hchos 17:16 Mientras Pablo los esperaba [a sus compañeros] en Atenas, su
espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.
Hch 17:17 Así que discutía en la sinagoga con los
judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
Hch 17:18 Y algunos
filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían:
¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos
dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
Hch 17:19 Y
tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva
enseñanza de que hablas?
Hch 17:20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas.
Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
Hch 17:21 (Porque todos los atenienses y los
extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir
o en oír algo nuevo.)
Nota:
El Areópago (‘colina de Ares’, deidad
griega de la guerra, que corresponde al Marte romano), está situado a 115
metros de altura en una zona rocosa de Atenas, Grecia, y separado del Acrópolis
por un arroyo.
Con ese nombre se conocía también la corte
suprema compuesta por los patriarcas de la ciudad (“areopaguitas”), autoridades
supremas en asuntos políticos y religiosos. También tenía mucha influencia en
asuntos de educación. Es natural que semejante cuerpo tuviera interés en Pablo
y en su nueva enseñanza.
Comentario Bíblico:
Parecería que, en general, Pablo
tuvo menos éxito en Atenas que en ningún otro sitio. Era típico de los
atenienses que lo único que querían era hablar; no querían actuar, ni casi
llegar a ninguna conclusión. Les atraían las acrobacias mentales y el estímulo
del paseo intelectual sin compromiso.
Hubo tres reacciones principales: (a) Algunos se
burlaron. Les divertía la apasionada seriedad de aquel extraño judío. Se puede
reducir la vida a un chiste; pero los que lo hagan se darán cuenta tarde de que
lo que tomaron por comedia termina en tragedia. (b) Algunos aplazaron la
decisión. El día más peligroso es cuando uno se da cuenta de lo fácil que es
dejar las cosas para mañana. (c) Algunos creyeron. El prudente se da cuenta de
que es de locos rechazar lo que Dios ofrece generosamente.
Se dan los nombres de dos convertidos. Uno fue Dionisio
el Areopagita. Como ya se ha dicho, el Areópago estaba formado por no más de
treinta personas; así que Dionisio debe de haber formado parte de la
aristocracia intelectual de Atenas. La otra persona que se convirtió fue
Dámaris.
La posición de una mujer en Atenas era muy restringida.
Es dudoso que una mujer respetable se encontrara en la plaza del mercado, y
menos en el Areópago. Es probable que se tratara de una conversión de una vida
de vergüenza a una vida gloriosa y auténtica. Aquí tendríamos otro ejemplo de
cómo llega la invitación del Evangelio a todas las clases y condiciones de
hombres y mujeres
En Atenas, el politeísmo (la creencia en múltiples
dioses) era común: la ciudad había sido «entregada a la idolatría» (v. 16).
Estos filósofos pensaban que Pablo estaba propagando una religión de dos nuevos
dioses: Jesús y la resurrección . Otros, sin embargo, acusaron a Pablo
de palabrero: un charlatán o coleccionista de chismes e información
falsa o un seudo-intelectual frívolo. Trágicamente, los super-intelectuales de
la Colina de Marte no lograron ver en Pablo todas las cualidades que hacían de
él un portador de la verdad.
El discurso de Pablo sigue así:
Hch 17:22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del
Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
Hch 17:23 porque pasando y mirando vuestros santuarios,
hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO
CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os
anuncio.
Hch 17:24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas
que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos
hechos por manos humanas,
Hch 17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si
necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas.
Hch 17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de
los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha
prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
Hch 17:27 para que busquen a Dios, si en alguna manera,
palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de
nosotros.
Hch 17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos;
como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo
somos.
Hch 17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos
pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de
arte y de imaginación de hombres.
Hch 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los
tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que
se arrepientan;
Hch 17:31 por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a
todos con haberle levantado de los muertos.
Hch 17:32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de
los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto
otra vez.
Hch 17:33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
Hch 17:34 Mas algunos creyeron, juntándose con él;
entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y
otros con ellos
Comentario
bíblico DV:
17.23 Pablo
presentó al único Dios verdadero a estos hombres educados de Atenas; a pesar de
que eran muy religiosos, no lo conocían. Hoy tenemos una sociedad
"cristiana", pero para muchas personas, Dios todavía es desconocido.
Necesitamos proclamar quién es Dios y dejar en claro lo que El hizo por la
humanidad mediante su Hijo Jesús. No podemos suponer que aun los religiosos que
nos rodean conocen en verdad a Jesús ni comprenden la importancia de depositar
nuestra fe en Él.
17.30, 31 Pablo no
dejó su mensaje inconcluso. Confrontó a sus oyentes con la resurrección de
Jesús y su significado para la gente: bendición o castigo. Los griegos no
tenían idea de lo que era el juicio. La mayoría prefería adorar muchos dioses
antes que a uno solo, y la idea de la resurrección era increíble y hasta
ofensiva para ellos. Pablo no escondió la verdad, no le importó lo que pensaran
al respecto. Cambió su exposición a fin de que encajara en su audiencia, pero nunca cambió su mensaje básico.
17.32-34 El mensaje de Pablo motivó una reacción mixta:
algunos se rieron, otros buscaron más información y un pequeño grupo creyó. No
dude en hablar a otros acerca de Cristo porque tema que algunos no le creerán.
CONCLUSIÓN:
No espere una respuesta positiva masiva a su
testimonio, aunque crean pocas personas, vale la pena el esfuerzo.
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